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¿Quién no ha experimentado ansiedad en algún momento? Esta palabra describe una serie de emociones como aprensión, preocupación, nerviosismo e inquietud, que a menudo se presentan sin una causa clara. En general, los sentimientos de ansiedad pueden ser considerados como un “sistema de alarma” natural que nos alerta ante situaciones de peligro potencial.

La ansiedad puede provocar síntomas físicos como un ritmo cardíaco acelerado, sudoración en las palmas y sensación de falta de aire. Sin embargo, en algunas situaciones, la ansiedad puede proporcionar una motivación adicional para actuar ante el peligro y, en estos casos, puede considerarse como una ansiedad “beneficiosa”.

Trastorno de Ansiedad Generalizada

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es un tipo de ansiedad crónica que no está vinculada a un evento o situación en particular, sino que se presenta de forma constante. Este tipo de ansiedad puede ser anormal en cuanto a la intensidad o duración en relación a una situación dada. 

Por ejemplo, una persona con trastorno de ansiedad generalizada puede preocuparse de manera continua por algo que es poco probable que ocurra, lo que puede afectar negativamente su calidad de vida. El trastorno de ansiedad generalizada afecta con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres y suele comenzar a manifestarse durante la adolescencia y en la temprana adultez.

Qué es el trastorno de ansiedad generalizada: un problema psicológico caracterizado por una preocupación excesiva e irracional sobre diferentes aspectos de la vida, como la salud, el trabajo, el dinero o las relaciones personales, entre otros. Esta preocupación se presenta de manera constante y suele interferir significativamente en la vida cotidiana de la persona que lo padece.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada? Este se caracteriza principalmente por la presencia constante de preocupación o tensión durante al menos 6 meses, aunque no haya una causa clara evidente. 

Las preocupaciones suelen abarcar varios temas, como la familia, las relaciones, el trabajo, la escuela, el dinero y la salud, saltando de uno a otro con frecuencia. A pesar de ser consciente de que estas preocupaciones o miedos son más intensos de lo que sería apropiado para la situación, la persona que padece este trastorno no puede controlarlos.

Estos son algunos de los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada

  • Problemas para conciliar o permanecer dormido
  • Tension muscular
  • Irritabilidad
  • Problemas para concentrarse
  • Cansarse fácilmente
  • Inquietud, sentirse “nervioso” o al límite
  • Dificultad para respirar
  • Latidos cardíacos acelerados
  • Boca seca
  • Mareo
  • Malestar estomacal (como diarrea)

Si te sientes tenso la mayor parte del tiempo y tienes algunos o todos estos síntomas, habla con tu médico. Este profesional te hará preguntas para asegurarse de que no haya otra cosa que esté causando tus síntomas, junto con un exámen físico y mental para buscar el mejor tratamiento posible.

Las personas que tienen trastorno de ansiedad generalizada deben aprender formas de sobrellevar la ansiedad y la preocupación. Tu médico puede ayudarte a formar un plan y desarrollar habilidades para hacerlo. El plan puede incluir asesoramiento, medicamentos o ambos, para ayudarte a descubrir qué es lo que te pone tan tenso. 

El objetivo del tratamiento para trastorno de ansiedad generalizada es ayudarte a sentirte mejor y funcionar bien en la vida diaria. Estas son algunas de las opciones más populares para tratar este problema y recuperar la salud mental: 

Terapia de Conversación

Muchos tipos de terapia de conversación pueden ser útiles para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada. Una terapia de conversación común y eficaz es la terapia cognitivo-conductual, que puede ayudarte a comprender la relación entre tus pensamientos, comportamientos y síntomas. Durante la TCC, puedes aprender a:

  • Comprender y controlar los factores estresantes en tu vida, como el comportamiento de otras personas o los acontecimientos del trabajo.
  • Reconocer y reemplazar los pensamientos que te provocan pánico. 
  • Controlar el estrés y relajarse cuando se presenten los síntomas.
  • Evitar pensar que los problemas menores se convertirán en problemas terribles.

Otros tipos de terapia de conversación también pueden ser útiles para controlar los síntomas de un trastorno de ansiedad.

Cuidados en la rutina

Además de tomar medicamentos e ir a terapia, estas medidas pueden ayudarte:

  • Reducir la ingesta de cafeína
  • No usar drogas callejeras o grandes cantidades de alcohol.
  • Hacer ejercicio, descansar lo suficiente y comer alimentos saludables

Grupos de ayuda

Para aliviar el estrés asociado al trastorno de ansiedad generalizada, es posible unirse a un grupo de apoyo, donde se puede compartir con otras personas que enfrentan problemas y experiencias similares, evitando sentirse aislado. Aunque los grupos de apoyo no deben ser considerados como un reemplazo para la terapia de conversación o la medicación, pueden ser una herramienta valiosa y complementaria en el proceso de tratamiento.

Lo importante es que las personas que tienen un cuadro de ansiedad generalizada pueden mejorar y los siguientes son algunos consejos para hacer frente a la ansiedad. Para controlar la preocupación, es recomendable dedicar 30 minutos a reflexionar sobre las inquietudes y enfocarse en lo que se puede hacer al respecto en lugar de preocuparse por lo que podría suceder. Después de esto, es importante dejar de preocuparse y continuar con las actividades diarias.

También es beneficioso encontrar formas de relajarse, como practicar yoga o dar un paseo. La respiración profunda es otra técnica efectiva, en la que se debe acostarse sobre una superficie plana, colocar una mano sobre el estómago y la otra sobre el pecho y respirar lentamente, tratando de elevar el estómago. 

Relajar los músculos también es importante, eligiendo un músculo y apretándolo durante unos segundos antes de soltarlo, y repitiendo este proceso con todas las partes del cuerpo. El ejercicio regular y el sueño adecuado son igualmente importantes para reducir la ansiedad, así como reducir el consumo de cafeína, que puede aumentar la ansiedad. Por último, enfrentar las cosas que han causado ansiedad en el pasado puede ser útil mediante la imaginación de la confrontación mientras se hace terapia.

Supongamos que suena la alarma contra incendios en tu casa. Corres frenéticamente para encontrar el fuego y de pronto descubres que no hay ninguno: La alarma simplemente no funciona correctamente.

Es lo mismo con los trastornos de ansiedad. Tu cuerpo dispara por error su sistema de alarma cuando no hay peligro, haciéndonos sentir ansiosos aún sin motivos. Y si tienes las causas del trastorno de ansiedad generalizada, la “alarma” suena con frecuencia o todo el tiempo, incluso si no pueden identificar un desencadenante. Esto puede deberse a un desequilibrio químico en su cuerpo. También puede estar relacionado con:

  • Un recuerdo inconsciente
  • Un efecto secundario de un medicamento.
  • Una enfermedad

Tu médico te preguntará acerca de tus síntomas y antecedentes de salud. También realizará un examen físico para asegurarse de que una condición física o médica no esté causando tus síntomas además de un cuadro de ansiedad generalizada.

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