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Editado médicamente y revisado por THE BALANCE Equipo
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Estrés y ansiedad son dos términos que a menudo se usan de manera intercambiable, pero en realidad tienen diferencias importantes. Estas diferencias no se refieren no sólo a los síntomas sino también en cuanto al tratamiento y la respuesta del cuerpo. 

Por un lado, el estrés es una respuesta fisiológica normal del cuerpo a un desafío o una amenaza. La idea es que el cuerpo se adapte a una situación difícil, por ejemplo a escapar de un peligro. Si el estrés crónico se vuelve o es causa de eventos traumáticos puede tener efectos negativos en la salud mental y física.

La ansiedad, por otro lado, es más bien sentirse preocupado, miedoso o inquieto. Además, la ansiedad puede manifestarse de diferentes maneras, como por ejemplo a través de ataques de pánico, trastorno de ansiedad generalizada, alguna fobia específica. Y las causas de la ansiedad no siempre están muy claras. 

Y si bien ambos trastornos pueden ser causados por eventos similares, es claro que tienen diferentes efectos en el cuerpo y en la mente. En este artículo, te queremos contar las principales diferencias entre el estrés y la ansiedad, para que puedas buscar tratamiento adecuado y recuperar tu calidad de vida.

Los síntomas de estrés y ansiedad pueden variar de persona a persona, pero en esta guía queremos detallar algunos de los más comunes para ambos trastornos. Empecemos por el estrés: 

  • Fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Problemas de sueño
  • Cambios en el apetito
  • Irritabilidad
  • Dificultad para concentrarse
  • Tensión muscular
  • Aumento de la presión arterial

Vas a ver que algunos de estos síntomas son compartidos, aunque las causas y también el tratamiento en última instancia sean diferentes. Estos son algunos de los síntomas de la ansiedad:

  • Preocupación excesiva o miedo
  • Ataques de pánico
  • Palpitaciones
  • Sudoración
  • Temblores o sacudidas
  • Náuseas o dolores estomacales
  • Problemas para respirar
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Falta de concentración

Aunque los síntomas de estrés y ansiedad pueden ser similares, estos dos son considerados trastornos diferentes porque sus causas, mecanismo de desarrollo y su tratamiento, entre otras cosas, son distintos.

También es común que las personas puedan sufrir estrés y ansiedad al mismo tiempo, ya que los eventos traumáticos pueden desencadenar respuestas de ansiedad, y la ansiedad puede aumentar la sensación de estrés en una persona. 

Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos son dos trastornos diferentes y requieren tratamientos distintos. Por ejemplo, el tratamiento para el estrés crónico puede incluir técnicas de relajación y cambios en el estilo de vida, mientras que el tratamiento para la ansiedad puede incluir terapia cognitivo-conductual y medicamentos ansiolíticos. Todo va a depender del diagnóstico y del tratamiento que decida el médico. 

Por suerte, hoy existen varios tratamientos eficaces para el manejo del estrés y también de la ansiedad, incluyendo terapias conductuales y psicológicas, medicamentos, y cambios en el estilo de vida. Algunas de las opciones más comunes incluyen:

  • Terapia cognitivo-conductual: La TCC es una forma de terapia que te puede ayudar a identificar y cambiar los patrones de pensamiento que te hacen mal. El objetivo es ayudarte a aprender habilidades para manejar mejor el estrés y a reducir tu sensación de ansiedad.
  • Terapia de relajación: La relajación es una técnica para reducir estrés y ansiedad mediante la meditación y el manejo de la respiración, por ejemplo. Esto te puede ayudar a reducir la tensión física y mental y así lograr un equilibrio mental. 
  • Hacer ejercicio: El ejercicio regular te puede ayudar a reducir el estrés al liberar endorfinas, ayudarte a dormir mejor y mejorar tu estado de ánimo en general.
  • Nutrición: Una dieta equilibrada y una ingesta adecuada de vitaminas y minerales pueden ayudarte a reducir el estrés al mantener el cuerpo y la mente saludables. Hay muchos alimentos que te pueden ayudar a reducir el estrés, como el té de manzanilla o de boldo. 
  • Cambios en el estilo de vida: Puedes reducir la ansiedad y el estrés también al evitar o limitar la exposición a factores estresantes, como el tabaco, el alcohol y las drogas, y al establecer metas realistas y alcanzables. Muchas veces, el trabajo es el desencadenante de estos trastornos. 
  • Apoyo social: Hablar con amigos, familiares o un terapeuta puede ayudar a procesar y manejar el estrés y la ansiedad.

Es importante tener en cuenta que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Por esto es que es fundamental consultar con un especialista que pueda entender qué es lo que mejor funcionaría en tu caso. 

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