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Editado médicamente y revisado por THE BALANCE Equipo
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Si te estás preguntando qué es la agorafobia, te informamos que este es un trastorno muy común en España y en todo el mundo. Se estima que la agorafobia afecta a alrededor del 1,5 por ciento de los adultos en algún momento de sus vidas. Por lo general, ocurre junto con el trastorno de pánico, otro tipo de trastorno de ansiedad, aunque también puede ocurrir por sí solo y transformar la vida de la persona que lo sufre. 

La agorafobia suele comenzar a finales de la adolescencia y principios de la edad adulta, normalmente antes de los 35 años. Y, al igual que otros trastornos de ansiedad, la agorafobia es más común en mujeres que en hombres. En este artículo, te contamos más sobre su causas, sus síntomas y su tratamiento. 

Estos son los síntomas de la agorafobia. Sentir miedo o ansiedad al:

  • Tomar el colectivo o cualquier medio de transporte público
  • Encontrarse en un espacio abierto o cerrado que no es peligroso. 
  • Estar en una fila con mucha gente (o incluso con poca). 
  • Simplemente salir de la casa.

Alguien con agorafobia teme o evita estas situaciones porque piensa que, si experimenta síntomas “incapacitantes o vergonzosos”, como los de un ataque de pánico, le será difícil escapar o conseguir ayuda. 

La persona evita las situaciones por completo, necesita que alguien más esté allí con ellos o entra en las situaciones y siente miedo o ansiedad intensos. Es importante destacar que los sentimientos aversivos no guardan proporción con el peligro real que implica estar en estas situaciones, como por ejemplo estar en el medio de un shopping en un dia normal. Y también es crucial entender que esto no es solo una fobia a espacios abiertos sino directamente a salir de casa.  

El miedo y la ansiedad son continuos (generalmente durante seis meses o más) y causan una angustia o un deterioro significativos en áreas importantes de la vida, como el trabajo o las relaciones sociales.

Los dos pasos más importantes para superar la agorafobia son reconocer que se está sufriendo y buscar tratamiento, específicamente, encontrar un terapeuta y/o un psiquiatra para un diagnóstico formal y un plan de tratamiento de la agorafobia.

Encontrar un profesional de la salud mental puede parecer una tarea abrumadora, especialmente cuando se sufre ansiedad, pánico o agorafobia. Una vez que encuentres el profesional que pueda buscar un tratamiento para agorafobia (por ejemplo, a través de sesiones online), deberías asegurarte de buscar a alguien que mencione la terapia cognitivo conductual, terapia de exposición u otros tratamientos basados ​​en evidencia para la agorafobia. También puede ser útil preguntar directamente a un terapeuta sobre los servicios específicos que brinda y sobre su capacitación y experiencia en el tratamiento de los trastornos de agorafobia con ejemplos.

La terapia cognitivo-conductual, que puede combinarse con medicamentos, se considera el tratamiento estándar para la agorafobia y la mayoría de los trastornos de ansiedad. Seguir esta terapia implica la educación del paciente, establecer objetivos, confrontar los miedos y desarrollar habilidades para reducir los síntomas de ansiedad y tolerarlos cuando surjan. 

La mayor parte del tratamiento para la agorafobia implica la terapia de exposición, en la que te expones sistemáticamente a lugares y situaciones que temes con la guía de tu terapeuta. Al hacerlo, aprendes a tolerar el pánico y la ansiedad con la repetición. Un objetivo de la terapia es hacer que las personas dejen de evitar salir y aprendan que pueden manejar la ansiedad que pueden tener en esas situaciones. 

La terapia cognitivo-conductual para la agorafobia implica varios pasos. 

  1. En primer lugar, el terapeuta trabajará con el paciente para identificar los pensamientos negativos y los patrones de comportamiento que pueden estar contribuyendo a su ansiedad. Esto puede incluir miedos específicos a lugares o situaciones, como una multitud o estar en lugares abiertos.
  2. Una vez que se identifican estos patrones de pensamiento y comportamiento, el terapeuta trabajará con el paciente para desarrollar nuevas habilidades para manejar la ansiedad. Esto puede incluir técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, y estrategias para afrontar y cambiar los pensamientos negativos, como la reestructuración cognitiva.
  3. La terapia cognitivo-conductual también puede involucrar la exposición gradual a situaciones temidas para ayudarte a aprender a manejar tu ansiedad. Esto se hace en un entorno controlado y seguro, donde el paciente tiene el apoyo del terapeuta para enfrentar y superar sus miedos.

Hay una trampa en la recuperación de la agorafobia: el paciente debe aprender a soportar los ataques de pánico para dejar de tenerlos. Esto implica encontrar una meta que sea más grande que tus ansiedades y que valga la pena soportar la incomodidad extrema, como poder ir a cenar con tu familia, tomar unas vacaciones, o incluso hacer las compras sin tener miedo a morir. Piensa en esto como tu motivación para curarte. Ten la seguridad de que al seguir estas estrategias, es probable que los ataques se vuelvan menos frecuentes y menos severos con el tiempo, y finalmente desaparezcan por completo.

Al igual que con cualquier proceso de recuperación y tratamiento de la agorafobia, es útil ubicarse dentro de sus problemas, visualizarse fuera de ellos y desarrollar estrategias paso a paso para hacer la transición, pero no es tan fácil pasar por el ataque de pánico que seguramente experimentes durante la agorafobia msima. 

Para comenzar el proceso de recuperación, imagínate atrapado dentro de un recinto de alambre de púas: la libertad reside en el exterior de este recinto. La idea es que el alambre de púas representa sus ataques de pánico, la jaula emocional y física de esos límites autopercibidos. En esencia, necesitas saltar la cerca de alambre de púas hacia la libertad, y esto requiere enfrentar las púas, o los ataques de pánico, para vencerlos.

Quizás lo más importante para superar la agorafobia en el tratamiento: trátete con paciencia y amabilidad mientras pasas por este proceso de inevitable prueba y error. ¡Y recuerda celebrar tus victorias! Curarte de la ansiedad, el pánico y la agorafobia es un trabajo desafiante. Cuando tengas éxito, apréciate de verdad por tu fuerza, resiliencia y valentía para enfrentar un tipo de miedo con el que muchas personas no tienen que lidiar jamás.

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